Pablo Presbere

Pablo Presbere dije llamarme,
cacique de Talamanca,
acepto haber defendido
la causa insurrecta
en defensa del arraigo,
de las montañas y los dioses
que en ellas nos esperan.

Hombres con palabras
que no comprendemos
y con dioses que no amamos
nos ordenan servir a sus señores.

Empuñamos lanzas sin miedos,
quemamos iglesias
y sublevos nos llaman.
Amamos lo nuestro,
ese es nuestro crimen.

Por las calles de Cartago
cabalgaron mi cuerpo
para enseñanza de todos
y cortaron mi cabeza
para que nunca olvidaran...

...y nunca olvidaron
porque mi causa no murió,
vive en el alma de quienes
aman estas montañas,
de quienes aman estas montañas,
de quienes llevan en su sangre,
el clamor de justicia para los indígenas
de quienes odian la imposición de dioses
usurpadores de almas,
de quienes aman y
siembran la tierra para cultivar la vida.