CRONICA DE UNA MATERNIDAD IGNORADA
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CRONICA DE UNA MATERNIDAD IGNORADA
Capturaste en tu pecho aquellas ráfagas
de ideas intempestivas,
arribaron a la orilla como confluencias
de oleaje en desvelo.
¡Tantas ilusiones, tanto amor!
¡Cuántos desalientos se inmutaron!
Ayer cuando cayeron del cielo
tu par de granizos
en el cántaro amniótico
y suave
de tu vientre abierto,
y anidaron entre los cojines
de tus cálidas ensoñaciones.
Resentimientos y dolores de parto
cercaron el torrente de tus miradas plenas,
con los golpes de una vida entera
encapsulada en nueve desesperos interminables,
¡un poco más!... ¡un poco más!
Un poco más.
Olvidaste en un páramo distante,
silente,
secreto,
tus sonrisas...
Te las hurtó del rostro
la enramada vetusta
de un árbol infiel a su tierra,
a su aire, a su sol... a todos sus frutos.
Lamentaciones... una desdicha
tejida con los hilos deshonestos
de la bendición aplastante de una vida,
siempre aplastante.
Ignora el calvario,
amiga -te dije-
para subirlo ignora la cumbre,
solamente sube,
mira los retoños desde arriba,
deja la sombra del árbol desplantado,
y sus enrramadas errantes,
y las aves que picotean
y el páramo distante
y tu sombra fundida
fundida con la de aquel vetusto.
Nacieron,
florecieron de tu vientre.
Has parido dos sonrisas,
y cayeron
con la indecifrable paz a tus manos cálidas.
¡Mira la paz con la piel de un niño,
¡Esculpe el reloj en tus sienes!
y muestrame, oh amada amiga,
un sociego prendido
a tus pechos de mujer
maternos!
¡Qué hermosa la paz que mama la vida!
¡Ángeles en tu vientre,
en tus manos,
en tus senos,
en tus años,
en tus desvelos!
Las sombras que se vuelven día
Los granizos destilados que limpian tu mirada
La bendición que amanece desnuda,
cierta
y tu sonrisa…
de ideas intempestivas,
arribaron a la orilla como confluencias
de oleaje en desvelo.
¡Tantas ilusiones, tanto amor!
¡Cuántos desalientos se inmutaron!
Ayer cuando cayeron del cielo
tu par de granizos
en el cántaro amniótico
y suave
de tu vientre abierto,
y anidaron entre los cojines
de tus cálidas ensoñaciones.
Resentimientos y dolores de parto
cercaron el torrente de tus miradas plenas,
con los golpes de una vida entera
encapsulada en nueve desesperos interminables,
¡un poco más!... ¡un poco más!
Un poco más.
Olvidaste en un páramo distante,
silente,
secreto,
tus sonrisas...
Te las hurtó del rostro
la enramada vetusta
de un árbol infiel a su tierra,
a su aire, a su sol... a todos sus frutos.
Lamentaciones... una desdicha
tejida con los hilos deshonestos
de la bendición aplastante de una vida,
siempre aplastante.
Ignora el calvario,
amiga -te dije-
para subirlo ignora la cumbre,
solamente sube,
mira los retoños desde arriba,
deja la sombra del árbol desplantado,
y sus enrramadas errantes,
y las aves que picotean
y el páramo distante
y tu sombra fundida
fundida con la de aquel vetusto.
Nacieron,
florecieron de tu vientre.
Has parido dos sonrisas,
y cayeron
con la indecifrable paz a tus manos cálidas.
¡Mira la paz con la piel de un niño,
¡Esculpe el reloj en tus sienes!
y muestrame, oh amada amiga,
un sociego prendido
a tus pechos de mujer
maternos!
¡Qué hermosa la paz que mama la vida!
¡Ángeles en tu vientre,
en tus manos,
en tus senos,
en tus años,
en tus desvelos!
Las sombras que se vuelven día
Los granizos destilados que limpian tu mirada
La bendición que amanece desnuda,
cierta
y tu sonrisa…
Jorge Rovaal- Cantidad de envíos : 1
Fecha de inscripción : 17/11/2009
Re: CRONICA DE UNA MATERNIDAD IGNORADA
muy buen poema . bienvenido y esperamos verte otra vez por aca
amaval- Cantidad de envíos : 126
Fecha de inscripción : 28/10/2009
Re: CRONICA DE UNA MATERNIDAD IGNORADA
Me gusta la temática y las imágenes. personalmente me gustan los poemas más cortos pero es personal.
Silvia Quirós- Cantidad de envíos : 99
Fecha de inscripción : 27/10/2009
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